domingo, 18 de septiembre de 2011

Nadie ama tanto la vida...

JOHN CARLIN FÚTBOL
Morir con las botas puestas

JOHN CARLIN 18/09/2011




- "Nadie ama la vida como un hombre viejo". Sófocles

Una tarde fría y lluviosa en febrero de 2002. El salón de una casa en las afueras de Manchester, Inglaterra. Cathy Ferguson, señora entrada en una cierta edad, está sentada en un sofá frente al televisor, bebiendo una taza de té. Detrás del sofá se pasea nervioso, masticando chicle, su marido, Alex. "Siéntate, cariño, por Dios. Prepárate ya para la vida de jubilado que te espera". "De eso te quería hablar, Cathy...".

Ella aparta la mirada del televisor y fija los ojos atentamente en el hombre con quien ha compartido su vida durante 36 años. "A ver, cariño, cuéntame...". "Pues estoy pensando en cambiar de plan. Creo que le voy a decir al club que seguiré". Cathy, conteniendo una sonrisa, le contesta con forzada solemnidad: "No decías que estabas un poco mayor para tanto trote". "El Manchester United es mi vida y no lo puedo dejar". Cathy le da un beso en la mejilla y sale disparada al baño. Cierra la puerta, alza los puños al cielo y chilla en voz baja, "Yes! Yes! Thank you, God! Yesssss!".

La escena es imaginaria, pero puede que tenga algo de verdad. Alex Ferguson, entrenador del Manchester United, declaró en febrero de 2002 que daba marcha atrás a su decisión, anunciada unos meses antes, de dejar el club de sus amores al final de aquella temporada. Había llegado a la conclusión, ya que estaba a punto de cumplir los 60 años, que el decoro y la ortodoxia social le exigían irse a su casa. Pero Ferguson se miró en el espejo un día y vio que, si era fiel a sí mismo, el decoro y la ortodoxia social no le valían, como él habría dicho en escocés, una puta mierda.

Cuesta creer que su esposa no haya celebrado la noticia tanto, o más, que el más fanático seguidor del United. La idea de compartir techo de la mañana a la noche con un individuo que, según su propio hermano, es capaz de empezar una pelea en una casa vacía tiene que haber sido inquietante para una mujer acostumbrada a llevar una vida de rutinaria y solitaria paz. Energía le sobraba, cosa que Ferguson ha demostrado de manera espectacular en los casi diez años transcurridos desde que tuvo la lucidez de entender que un hombre como él no tiene más remedio que morir con las botas puestas. Ha ganado en este período cinco campeonatos ingleses, una FA Cup y una Champions, competición a cuya final ha llegado en tres ocasiones.

A punto de cumplir los 70 años, tras 25 al frente del United, Ferguson encara hoy el partidazo de la jornada inglesa con un equipo renovado, dinámico, hambriento, repleto de jóvenes y capaz de seguir luchando por los títulos más importantes durante otra década más. Su rival esta tarde es el poderoso Chelsea, cuyo nuevo entrenador es André Villas-Boas, un jovenzuelo portugués de 33 años que no había nacido cuando Ferguson emprendió su carrera.

Lo normal sería afirmar que el futuro le pertenece a Villas-Boas, cuya trayectoria meteórica apunta a grandes cosas, y el pasado a Ferguson. El portugués, que ganó cuatro títulos con el Oporto la temporada pasada, parece ser un hombre serio y buena gente, y uno le desea todo lo mejor. ¿Pero quién se atreve a decir que, cuando Alex y Cathy Ferguson celebren sus bodas de oro, no será el entrenador del United el que seguirá en la gloria y que la joven promesa del Chelsea no habrá sucumbido a la devoradora de reputaciones que es el fútbol al más alto nivel profesional?

MOISÉS NAÍM

MOISÉS NAÍM
¿Y cómo salimos de esta?

MOISÉS NAÍM 18/09/2011




Las etapas son conocidas. Negación ("no está pasando nada"). Rabia ("¿por qué a mí?"). Negociación ("¿qué puedo hacer para posponer lo inevitable?"). Depresión ("no vale la pena hacer nada más; esto se acabó"). Aceptación ("todo saldrá bien; el mundo seguirá adelante"). Estas son las cinco etapas del duelo que, según Elisabeth Kübler-Ross, atraviesan todos los que enfrentan la muerte o una pérdida catastrófica. Sospecho que Kübler-Ross nunca imaginó cuán útil sería su esquema para entender la conducta de los Gobiernos confrontados con una grave crisis financiera. Por estas etapas pasaron los argentinos (varias veces), brasileños, mexicanos, rusos y asiáticos. Ahora le toca a Europa (y a Estados Unidos, pero esa es otra historia). Yo no sé -ni creo que nadie sepa- cómo van a evolucionar las convulsiones que están transfigurando las economías europeas o cómo reaccionarán los mercados financieros y los Gobiernos en su interminable ciclo de acciones y reacciones. Sabemos que los 150.000 millones de euros que Europa envió a Grecia no compraron mucho y que medidas de austeridad que hasta hace poco eran inimaginables ya han sido adoptadas en Italia, España y otros países amenazados. Pero nada parece funcionar.

Cuando anticipar lo que viene se hace tan difícil, es bueno echar mano del pasado; aun sabiendo que, a veces, lo que pasó antes es una guía poco fiable para vislumbrar el futuro. Sin embargo, el análisis de un gran número de crisis de este tipo en diversos países le ha permitido a Carmen Reinhart, coautora (con Kenneth Rogoff) del magnífico libro Esta vez es distinto: Ocho siglos de necedad fiananciera, identificar las cinco tácticas más comunes que los países altamente endeudados han usado para reducir su endeudamiento.

1. Crecer. Se trata de ir saliendo del problema expandiendo la economía. A medida que esta crece, aumentan los ingresos fiscales y disminuye el peso de la deuda. Muchos países lo han intentado; pocos lo han logrado.

2. Dejar de pagar. En lenguaje más técnico esto se llama moratoria, suspensión de pagos, reestructuración de la deuda, default o plan Brady. En la práctica, no implica otra cosa que la cruda notificación que los países hacen a sus deudores de que les pagarán menos de lo que les deben y que lo harán en un plazo más largo al que se habían comprometido inicialmente. Reinhart encontró que, desde su independencia en 1832, Grecia ha estado en mora el 48% del tiempo. Argentina también es un usuario frecuente.

3. Austeridad. Este es un tema tan dolorosamente familiar hoy para los europeos como lo fue en los años noventa para latinoamericanos, rusos y asiáticos. Implica draconianos recortes del gasto público, tanto del superfluo como del que no lo es tanto. Reduce la deuda, pero también saca manifestantes a la calle y, a veces, derriba Gobiernos.

4. Inflación. Cuando aumentan los precios, el valor de la deuda en esa moneda disminuye tanto como la tasa de inflación. La inflación es mala para la economía, especialmente para los asalariados, y alivia el problema del endeudamiento de una manera menos políticamente estridente. Pero no resuelve el problema del endeudamiento en otras monedas.

5. Represión financiera. Ocurre cuando los Gobiernos toman medidas que canalizan hacia ellos mismos fondos que de otra manera irían a otros propósitos o saldrían de la economía. El arsenal que incluye estas medias es variado, tentador, peligroso y... frecuentemente utilizado. Incluye la imposición de límites a los tipos de interés que paga el Gobierno, la obligación de que los bancos usen deuda pública como parte de sus reservas, la nacionalización de la banca, o partes de ella, o los controles al libre flujo internacional de capitales. Suena extremo y lo es. Pero estuvo de moda en los países menos desarrollados entre los años sesenta y ochenta. Carmen Reinhart, quien sospecha que puede venir otra época de auge para este tipo de medidas, recuerda que también fueron comunes en Estados Unidos y otros países desarrollados entre 1945 y 1980 y que fueron esenciales para ayudar a liquidar las deudas acumuladas en la II Guerra Mundial.

Claro está, ninguna de estas cinco tácticas excluye a las demás y pueden ser combinadas; en particular, la inflación y la represión financiera se acompañan con frecuencia.

Repito: no sé cómo evolucionará esta crisis. Pero sí sé que las ideas de Kübler- Ross combinadas con las de Reinhart ayudan a visualizar lo que hay detrás de muchas de las noticias que nos llegan de Europa.


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EL ACENTO - sin firma

ANÁLISIS: EL ACENTO
Una esposa tradicionaL

SIN FIRMA.



Su hija Carolina ha dicho que su madre, Jacqueline Kennedy, debía estar muy dolorida, en lo más alto de su duelo por el asesinato de su marido, para decir lo que le dijo a Arthur Schlesinger. Un terrible duelo, dice la hija. Y lo que dice la viuda de uno de los presidentes más populares de la historia norteamericana no es menos terrible que su duelo. Lo hizo con la certeza de que no era una confidencia, pues estaba siendo grabado, y además se lo explicaba a un historiador reputado que, seguramente, haría uso de ello. Schlesinger fue uno de los colaboradores más próximos al presidente asesinado, de quien, además, fue amigo. Hoy llama la atención que aquella mujer que sintetizó las ansias de glamour de una época tuviera una visión tan estrecha, y tan antigua, de lo que la mujer era ya en una sociedad que estaba acogiendo la llegada de los Beatles, la minifalda, los libros de Simone de Beauvoir sobre la liberación de la mujer...

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Cuando Susan Sontag lideraba en América la lucha por un pensamiento libre y por la acción de la mujer en la vida, en la política y en la universidad. Pues en medio de ese universo en el que las cosas, como decía por entonces Bob Dylan, estaban siendo aventadas por los vientos del cambio, la mujer más moderna de la vida americana decía que "las mujeres jamás debían meterse en política", pues "no eran aptas para ello". El tiempo -y acaso la discreción que a veces favorece el silencio sobre las opiniones demasiado contundentes- guardó hasta ahora esas revelaciones que Jackie le hizo a Arthur, ambos mano a mano, en medio del dolor de la viuda más famosa de las últimas décadas de Estados Unidos y del mundo. Esas versiones de la realidad que daba la esposa de Kennedy, que luego fue esposa de Onassis, tuvieron también varios nombres propios que probablemente hubieran sonrojado a los nombrados y también al propio presidente Kennedy.

De Gaulle, por ejemplo, era, en palabras de Jackie, "un ególatra", y Martin Luther King, cuyo movimiento de liberación de los negros fue decisivo para modernizar la mente americana, era para ella "un fraude". ¿Por qué? Porque a ella le llegó, por los espías, que arreglaba encuentros sexuales con mujeres... De sí misma dice que era "una esposa tradicional". No se sabía hasta

qué punto.

lunes, 12 de septiembre de 2011

frases

Frases para recordar
"There is no comparison between that which is lost by not succeeding and that which is lost by not trying" - Francis Bacon

"Con constancia y tenacidad se obtiene lo que se desea; la palabra imposible no tiene significado". - Napoleón.

"The key to life is accepting challenges. Once someone stops doing this, he's dead." - Bette Davis

"Si se quiere ascender por cuestas empinadas, es necesario al principio andar despacio." - William Shakespeare

"Our greatest glory is not in never failing, but in rising up every time we fail." - Ralph Waldo Emerson

"Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa" -Mahatma Gandhi

"Un gran sacrificio resulta fácil; los que resultan difíciles son los continuos pequeños sacrificios." - Johann W. Goethe

"La constancia es un puente entre el deseo y la realización." - Luis Señor

"Si añades un poco a lo poco y lo haces así con frecuencia, pronto llegará a ser mucho". - Hesiodo

"No basta dar pasos que un día puedan conducir hasta la meta, sino que cada paso ha de ser una meta, sin dejar de ser un paso" - Johann P. Eckermann

"Creo muchísimo en la suerte y descubro que cuanto más trabajo, más suerte tengo" - Montaigne

"Soporta y persiste; el dolor presente ha de serte de provecho en mejor ocasión." - Ovidio

"La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces" - Jean Jacques Rousseau

"El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura" - Miguel de Unamuno

"Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo y hacerlo bien" - Pitágoras

"Largo y arduo es el camino que conduce del infierno a la luz." - John Milton